N.º 1/Año 2021
Música de salón y espacios de socialización
Durante su estancia en México, en 1875, escribió José Martí: «En la música, es más bello lo que brota de ella que ella misma». ¿Qué vio —más allá de la expresión individual de las pasiones— en la secuencia armónica del sonido y el silencio? ¿Qué, además de su poder de reconfortar el espíritu del otro? Una frase sencilla, escrita tras el arribo del Apóstol al pueblo de la Magdalena, nos da un indicio magnífico: «Óyense músicas; agólpase la gente».
Esa certeza del poder dinamizante y aglutinador de la música motivó a la redacción de El Eco de Las Villas a conformar este número bajo el tema de los espacios de socialización de aquella. Ciertamente, la música tiene lugar privilegiado en la civilización; se manifiesta en la sociedad moderna por su presencia en templos, salones privados, eventos oficiales, escuelas, sociedades o clubes y en la prensa, donde confluye el hombre a la celebración, la búsqueda de bienestar o la reflexión. En el camino de esos espacios y de sus objetivos, se llega a instrumentistas y cantantes, agrupaciones, repertorios, edificaciones…; se puede reconstruir parte de nuestro patrimonio: la historia musical.
En consecuencia, abre estas páginas un estudio sobre la puesta en valor de los espacios de socialización de la música, texto que da paso a un panorama de los lugares y las formas en que se cultivó este arte en el siglo xix santaclareño y trinitario. Sirven de antesala a trabajos sobre la historia de agrupaciones y lugares emblemáticos de Santa Clara y acerca de la instrucción musical en Cienfuegos. El lector hallará un estudio verdaderamente aportador sobre la evolución del son espirituano y un Dossier dedicado a Catalina Berroa, brillante músico de Trinidad, una de cuyas partituras reproducen nuestras páginas. Nuestro Ritornello, esta vez, es para Ana Aguado, la Calandria cienfueguera, en conmemoración del centenario de su muerte, y para destacar la tradición musical de una familia que rebasa nuestro espacio geocultural. En el homenaje póstumo a María Teresa Linares, junto al lamento por su irreparable pérdida, se destaca también el papel socializador de las producciones discográficas.
Mediante una selección de reseñas y anuncios de presentaciones publicados en la prensa del siglo xix, atesorada en los archivos históricos de la región, se ilustra la socialización de la música a través de ese medio. Las Actualidades reservan su espacio a los premios Cubadisco 2021 que merecieron músicos de la región por sus fonogramas Tal como somos (dúo Cofradía) y Mi libertad (Yaíma Orozco), y al libro La reina de las charangas, Orquesta Aragón, en un texto que insiste en los orígenes de esa agrupación en la Perla del sur villaclareño.
De esta manera, «óyense músicas; agólpase la gente» en el espacio de El Eco de Las Villas para confirmar que, ciertamente, la música es «más bella que ella misma» porque —con escala intermedia o estancia posterior en el papel pautado, o solo repetida por memorias prodigiosas— es un viaje de la inspiración al espacio sonoro para unir al hombre y, por el bien de ambos, marcar su historia.