Crónica del pasado,  Edición Nro. 0 Año 2020

La Caridad. Hoja Literaria. Santa Clara, 8 de setiembre de 1885.

El Teatro “La Caridad” se levanta sobre los terrenos en que existió la célebre ermita erigida por el P. Conyedo, de gloriosa memoria. El pueblo de villaclara conocía con el nombre de tierra santa toda la manzana, por hallarse casi enteramente ocupada con las fundaciones benéficas que unen, en Santo Amor á la orfandad y al verdadero progreso, los nombres de Conyedo y de Hurtado de Mendoza, con los de las generosas hermanas Abreu.

Consta el edificio de 30 metros de frente y 47 de fondo, ocupando una superficie de 1288 metros cuadrados. Tiene 19 de elevación en la línea central del pórtico, lo cual le da un aspecto grandioso y artístico en alto grado. Las excavaciones para los cimientos comenzaron el día 28 de Julio de 1884 y el teatro, enteramente concluido, se inaugura hoy 8 de Setiembre de 1885. Está el edificio cimentado sobre rocas serpetínicas. Las paredes del cuerpo central tienen 85 centímetros de espesor y 65 las restantes. Los materiales empleados son: ladrillos, alguna sillería traída de Matánzas, arenas de río y de mina, cales grasas, hierro y madera. –Los techos de las construcciones que rodean al teatro son de azotea. La armadura del edificio es de hierro con cubierta de teja calaminada. – El número de huecos al exterior con que cuenta la parte teatral propiamente dicha, es de 82. – El aire más puro circula, pues, libremente. – A 142 asciende por lo demás el total de puertas y ventanas de todo el edificio. –Tiene el teatro cinco entradas diversas y nueve puertas para que salga pronta y cómodamente el público en caso de alarma. En el vestíbulo, lujosamente adornado y que compite con los más bellos de su clase, figuran los bustos de Calderón y Echegaray, luminosas personificaciones del teatro español en los siglos XVII y XIX. Los muebles que decoran este suntuoso vestíbulo y que contribuyen á su incontestable elegancia, han sido fabricados en Santa Clara, por expertos artistas del país. El patio ó platea presenta la forma de una herradura: tiene dos entradas laterales y una central: importante como comodidad para el público, con que no cuentan todos los […]

Las lunetas son 250 y se […] por su amplitud y por la comodidad que […] al espectador. Los palcos son 32. – El segundo piso cuenta con 80 butacas. Súmense los asientos correspondientes á tertulia y paraiso, y se verá que el teatro puede contener holgadamente más de 1000 personas. La embocadura recuerda la del Theatre Lyrique Imperiale de París por su clásica sencillez y elegancia. En el centro de la misma, aparecen las iniciales de Marta Abreu, dueña del teatro, inmortal benefactora del pueblo.

El alumbrado de la platea pertenece al sistema llamado de lúz convergente y consta de 100 mecheros.

La parte escenográfica nada deja que desear. El reputado artista Sr. Arias ha cumplido su encargo con la habilidad y maestría que le son peculiares.

La pintura del techo es debida al reconocido talento del Sr. Salaya, y se recomienda por su brillantéz y buen gusto. El polígono central, compuesto de hermosas figuras alegóricas, está rodeado de ocho artísticos medallones que encierran respectivamente notables retratos de Calderón, Tirso de Molina, Alarcón y Moratia, en memoria de nuestro teatro clásico, y de Echegaray, Ayala, Hartzembusch y la insigne Avellaneda, en representación del contemporáneo.

La impresión que el magnífico edificio produce en el ánimo del espectador es verdaderamente excepcional. Sin exageración puede decirse que, por la severa elegancia de sus líneas, por su esbeltéz y magnificencia, por lo discreto y suntuoso de su decorado, por todos y cada uno de sus detalles, en suma, el teatro de Santa Clara es el más bello monumento erigido hace años en Cuba; un timbre de gloria para el generoso corazón de Marta Abreu; y un testimonio honrosísimo de verdadera inspiración para el ingeniero arquitecto Sr. D. Herminio C. Leiva, á quien se debe el hecho digno de nota de haberse erigido en tan corto tiempo tan bello y monumental edificio.

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Las mayores fiestas de los pueblos civilizados son las que consagran á enaltecer lo hechos de generoso civismo con que las grandes almas realizan en actos memorables, el fecundo principio de la solidaridad social. El magnífico teatro que debe Santa Clara á la munificencia patriótica de su preclara hija, es un monumento erigido al arte y á la caridad por el más noble civismo. La arquitectura es el arte simbólico por excelencia. Así, para Santa Clara quedarán siempre simbolizadas, en el edificio que hoy se inaugura la gratitud y la admiración de todo un pueblo, el desinterés ejemplar, el celo no igualado de su bienhechora, modelo brillantísimo de virtud, inspiración y patriotismo.

Rafael Montoro.

El Teatro. Rafael Montoro. (Página 3)

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¡Marta Abreu!

Después de las resplandecientes figuras de Conyedo y Hurtado de Mendoza, tendrá nuestra historia que escribir en sus páginas el simpático nombre de Marta Abreu.

¿Qué ha hecho para ello? Ofrecer un albergue al indigente, asegurar un pan al sér infortunado y desvalido, y dotar a esta Ciudad de un hermoso templo donde las artes podrán venerarse, de un teatro que nivela nuestra cultura con la de otros pueblos y que servirá de monumento imperecedero, de fuente inagotable de patriótico ejemplo. Admiración mañana de las nuevas generaciones.

No es el teatro La Caridad monumento elevado para satisfacción del orgullo ni de la vanidad. Es la voz elocuente de un corazón generoso, latido de un alma desprendida. Es la voz del patriotismo con las álas de la […] hombres desaparecerán, arrebatados por las… Muerte; pero el teatro que hoy admiran… de piedras, artístico, correcto y […] será respetado por el titánico soplo del tiempo; la obra, el sol de la inmortalidad derrama sus refulgentes rayos para bendecir la memoria imprescindible de su generosa fundadora, ¡de Marta Abreu!

 

Manuel García y Garófalo. (Página 7)

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Testimonio de gratitud.

” Es mengua sí, que donde el sol más arde

Tanto la luz en difundirse tarde”

Esto dijo un distinguido escritor en una inspirada poesía, lamentándose del atraso que en la instrucción pública se notaba en nuestro paso; pero, cuánta no sería la satisfacción del poeta, si, viviendo, pudiera asistir á esa solemne inauguración del teatro La Caridad, verdadero monumento elevado al arte, al patriotismo y á la filantropía, y le fuera permitido apreciar en toda su magnitud el pensamiento y la obra de la benefactora de su ciudad natal, la señora doña Marta Abreu de Estévez; objeto hoy del legítimo orgullo de los villaclareños, porque con su idea, ejemplo de amor, ha creado un foco de luz que irradiándola….. a su pueblo, al calmar los lamentos del vate, antes aludido, contribuye eficazmente á que en los sucesivo no se vean en Cuba “á las bellezas del físico mundo, los horrores del mundo moral”.

Por obra tan singular y poco limitada, los amantes de la Caridad y de las letras, desde la ciudad del Táyaba, felicitan a los hijos de Santa Clara en su hermana predilecta y le envían este público y sincero testimonio de admiración y gratitud.

 

Manuel Cantero é Iznaga. (Página 8)

Trinidad, 4 de septiembre de 1885

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A doña Marta Abreu de Estévez.

Ciento por uno.

 

Diz que es tema bien probado

y por tanto que no es cuento,

que quien desde su pan ha dado

un pedazo al desgraciado,

recibe de Dios un ciento.

 

Por lo tanto, Marta pía,

Sigue siempre en el sendero

de amparar al jornalero,

cuál es tu norma en el día.

Sigue siendo tú el amparo

del infeliz que te implora.

Sigue siendo del que llora

miserias, su hermoso faro.

Y calmando el sufrimiento

cual lo sabes, Marta, hacer,

del Señor has de obtener

por cada un consuelo ciento.

 

Socorrer al desvalido,

es la acción más meritoria.

Es la acción de mayor gloria,

dar consuelo al afligido.

A los niños amparar:

á los viejos sonreír:

á los desnudos vestir

y a los hambrientos pan dar.

Que aquel que evita el tormento

del infeliz, con amor

ó dinero, del Señor

recibe bienes un ciento.

 

Es verdad, que hoy se está mal

y que cuesta un sacrificio

hacer cualquier beneficio

que pueda llamarse tal.

Pero también es verdad,

que cuando ménos podamos

es más digno lo que hagamos;

es mayor la Caridad:

y que al hacer hoy el bien

que se pueda á nuestro hermano,

tendremos tarde o temprano,

por cada un consuelo cien.

 

Y basta ya de cantar

que es mi musa muy somera,

para cantar cual debiera

su bondad á no dudar.

Y pues existe de todos en la conciencia que eres

quien calmas de muchos séres

sus males de varios modos.

Evitándoles ayuno

Fríos, miserias y duelo,

sigue así que desde el cielo obtendrás ciento por uno.

 

Que es tema diz bien probado,

y por tanto que no es cuento,

que quien de su pan ha dado

un pedazo al desgraciado

recibe, de Dios un ciento.

 

Santa Clara, setiembre nueve de 1885. Juan Ortiz. (Página 8)

 

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