Actualidades,  Edición Nro. 1 Año 2021

Más allá de las voces

Francisnet Díaz Rondón

 

El año 2021 es fecha especial para el Coro Provincial de Villa Clara: se celebran los primeros sesenta años de una encomiable labor. Cuando se habla de la reconocida agrupación, es injusto quedarse solo en lo meramente musical y no ver, más allá, su labor social, comunitaria, educativa, humana.

En sus primeros años era una viva representación del pueblo que transformaba su actuar y forma de pensar bajo el influjo de la naciente Revolución cubana. Entre los integrantes había devotos de la iglesia, trabajadores de la Industria Nacional Productora de Utensilios Domésticos (Inpud), de la empresa Planta Mecánica, zapateros, tabaqueros, maestros, un electricista, un profesor de deportes, académicos. Personas sensibles, con ganas de contribuir a su país, y a quienes se les podía ver llevando el arte hasta las montañas del Escambray, en plena lucha contra bandidos, o asistir a las duras labores de la zafra cuando la convocatoria arrastraba caravanas de camiones hacia los cañaverales.

Otras tierras lejanas contaron también con la mano extendida de integrantes del coro villaclareño. En los años setenta, toda la cuerda del bajo y alrededor de cinco tenores cumplieron misión internacionalista en Angola y Etiopía. Allí uno de ellos, Joaquín Carrero Pairol, vio su vida en peligro debido a un terrible accidente.

Como parte de su extensa labor social y comunitaria, el coro asistió a diversos centros de trabajo a regalar su música y contribuyó a formar grupos corales en las escuelas en el campo. Así viajó a Isla de Pinos (hoy Isla de la Juventud), donde apoyó durante casi una semana en la creación de coros en instituciones estudiantiles que recibirían visitas de alto nivel. Desde entonces, ha sido constante el vínculo de la agrupación con los centros educativos de enseñanza media y superior en Villa Clara.

Es meritoria la gran responsabilidad y compromiso de los cantores, quienes se preocuparon por elevar sus conocimientos a través de los talleres del Centro Provincial de Superación para la Cultura «Ángel Román González Borrell», de Villa Clara.

A los centros de trabajo acudían sin importar las circunstancias y obstáculos. Si no había transporte, recorrían en bicicletas, puestas a su disposición por el primer secretario del Partido en la provincia, Arnaldo Milián Castro, varias entidades laborales. Así, el coro se escuchó ante los obreros del Inpud, Planta Mecánica, tabaquerías y ante a los trabajadores de los bancos. El quehacer comunitario los conminó a adentrarse en América Latina y otros barrios apartados de la ciudad, convocados primero por actividades puntuales, inauguraciones de escuelas y bibliotecas, pero luego dispuestos a presentarse en peñas sistemáticas. No han faltado sus voces en la glorieta del parque Leoncio Vidal, el Museo de Artes Decorativas y el Teatro La Caridad.

Como cuenta la maestra Yolanda, el coro «fue metiéndose en todas partes». Durante estos sesenta años de existencia ha hecho mucho más que cantar: ha entregado su amor al pueblo que tanto lo admira.

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